lunes, 29 de octubre de 2018

Berenjena de Almagro

La “Berenjena de Almagro”, es una variedad cuasi-silvestre de la especie Solanum melongena , subespecie Esculentum v. Depressum, que durante siglos ha sido conservada y sembrada por los agricultores de forma aislada, dedicando sus frutos principalmente al autoconsumo.
Entre sus características morfológicas propias, cabe destacar su color verde claro, con tonos ligeramente morados, un porte mediano y recto, así como una presencia de pinchos (espinas) muy superior a lo habitual en otras berenjenas, demostrando así su origen cuasi-silvestre. Además, posee un fuerte tallo espinoso oscuro, de color púrpura en las partes más jóvenes, y de 60 centímetros de altura aproximadamente, que presenta un sistema radicular fasciculado y bastante desarrollado.
El fruto, es una baya carnosa que suele tener forma redondeada, aperada o aovada, no muy grande. En su mayor parte, se encuentra cubierta por el cáliz, de tonalidad verde pálido, aunque en algunos casos pueden aparecer pequeñas pigmentaciones de color morado o negro, característicos de esta variedad. La parte descubierta, así como las brácteas externas suelen tener un color oscuro o violáceo.
La pulpa presenta una coloración blanquecina, y en su interior se pueden distinguir las semillas cuando el fruto está maduro.
Las características organolépticas de la berenjena de Almagro vienen determinadas por su especial elaboración. De este modo, la textura dependerá del momento de la recolección del fruto y del ablandamiento de la carne producida durante las etapas de cocción y fermentación. Genéticamente hablando, la berenjena de Almagro tiene un ADN muy alejado del resto de variedades que encontramos en el mercado